La modernización es el proceso de cambio social que
se inició con la industrialización, o las pautas sociales que se iniciaron con
el mismo. Es decir, la modernidad hace referencia al presente en comparación
con el pasado, y como una expansión de la mentalidad humana, una carrera por la
superación espiritual, curricular y laboral, que trae como consecuencia la
independencia del ser, el deterioro de la comunidad y el aumento del consumismo
no siempre racional.
La teoría de la modernización afirma que, en el
pasado, todos los habitantes del planeta eran pobres y que el cambio
tecnológico, especialmente la revolución industrial, impulsó la creatividad
humana y elevó los niveles de vida. Desde este punto de vista, la solución a la
pobreza mundial es la difusión del desarrollo tecnológico hacia los países
pobres. Sin embargo, la modernización global es una tarea difícil, ya que los
países preindustriales son muy apegados a las tradiciones, por lo que se
resisten al cambio. Ferdinand Tönnies describió la modernización como la
transición de la GEMEINSCHAFT a la GESELLSCHAFT, que supone la progresiva
pérdida de comunidad en medio de un creciente individualismo. Sin embargo, para
Émile Durkheim, la modernización es el resultado de la creciente división del
trabajo social. La solidaridad mecánica basada en las actividades y las
creencias compartidas, es paulatinamente sustituida por la solidaridad
mecánica, en la que la especialización hace a las personas interdependientes.
La modernidad , como todo en la vida, tiene tantos aspectos positivos como
negativos; seguirá evolucionando, las sociedades seguirán cambiando, y es algo
que debe aceptarse. Por otro lado, se debería encontrar la manera de
lograr estos avances sin dejar a un lado las tradiciones o cultura porque es de
ahí de donde proviene la esencia de todas las comunidades del mundo.
Por otro lado, Karl Marx planteó
la modernidad como sinónimo del capitalismo, ya que concebía la Revolución Industrial
como una “revolución capitalista”, esto en parte se debe a que este sistema
solo desea “el beneficio propio” trayendo como consecuencia el deterioro
de los lazos sociales, transformando los seres humanos en mercancías y en
títeres de la producción en masa.
La modernidad ha marcado un
cambio social, en donde las personas apoyan más los derechos individualistas y
se han desentendido completamente del compromiso social que tenemos cada uno,
como individuo en una sociedad, con la misma. En los últimos años se ha tratado
de identificar un punto medio entre ambos llamado “movimiento comunitarista”,
el cual se basa en que la búsqueda del interés propio debe estar combinada con
el compromiso social que se tiene con la comunidad. Lamentablemente, en la
actualidad se puede observar que, debido al poco compromiso social que aceptan
los individuos con sus comunidades, las sociedades esperan siempre un cambio
por parte del sistema, sin embargo, no hacen nada por apoyar estas iniciativas.
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